¡Bitcoin! Desde la luna, todo se ve más bonito. Francamente. Este cohete no pierde fuerza. No nos podemos quejar. ¿Hasta cuándo durará esto? ¿Cuándo llegará la corrección? No lo sé. Estas últimas semanas han desafiado todos los modelos y todas las suposiciones. Ha sido una verdadera locura. Esto de hacer historia todos los días acelera el corazón. Como nos sentimos nosotros ahora, así se debe sentir Ricky Ricón. ¡Los $40k! ¡Increíble!
Ahora bien, hablamos de las criptonoticias más populares de la semana.
En psicología existe algo comúnmente llamado el sesgo de la confirmación. En otras palabras, la gente ve lo que quiere ver. Normalmente, se acepta una narrativa y luego se buscan las justificaciones. Pero no de manera justa u objetivo. Se seleccionan con pinzas solo los elementos que confirman nuestra narrativa (previamente establecida). La gente se vuelve dogmática principalmente por razones emotivas. Resentimiento, moda, alienación. No sé.
Debido a la fragmentación del mundo y la atomización de los grupos, ahora todos somos teóricos de la conspiración. Toda autoridad es sospechosa. Y todos somos víctimas de la opresión. Fuerzas misterios controlan al mundo y nuestra misión es la rebeldía. Bitcoin, como movimiento contracultural, le encantaría ver la caída del dólar. La corriente libertaria, sobre todo, presenta a Bitcoin como el nuevo oro y quiere abolir el sistema fiat para imponer un sistema de moneda dura basado en Bitcoin. Se habla del fin de la hegemonía del dólar como moneda reserva mundial en el contexto de una revolución libertaria del pueblo y para el pueblo.
Ahora bien, todos están en su derecho de tener ideas políticas. El problema es que los dogmáticos en este espacio son adictos al sesgo de la confirmación. ¿Cuáles son las implicaciones de esto? Bueno, en marzo del 2020, en plena crisis, el dólar se fortaleció a niveles alarmantes. Busqué y busqué noticias al respecto entre bitcoiners y lo que encontré fue un silencio absoluto. Sin embargo, en los últimos meses, el dólar ha estado debilitándose mucho debido a una política (intencional) por parte de las autoridades monetarias para impulsar la creación de empleo. Para muchos bitcoiners, ese “debilitamiento” es una señal de que el final está cerca. Y, como hemos tenido alzas tras alzas, entonces, esto significa que llegó la revolución. ¿En serio?
La verdad es que el dólar como moneda reserva del mundo está más vigente que nunca. Su debilitamiento es producto de un proceso llamado “ciclos económicos”. Un debilitamiento inducido, por cierto, para estimular la economía. Esta liquidez es en gran parte la responsable por las alzas en los mercados financieros (Bitcoin, incluido). El dólar no es perfecto. Obviamente, hay muchos problemas. Pero esto no justifica que inventemos una historia de vaqueros, manipulando los hechos para que nuestra narrativa se cumpla al pie de la letra en un frenesí de sesgo de confirmación.
¡Las peores predicciones! Bueno, aquí hay que ser justos. Para comenzar, todos nos equivocamos de algún modo u otro durante el año pasado. Predecir es imposible. En el fondo, lo único que podemos hacer es suponer con los datos que tenemos. Lo mejor es recurrir a las probabilidades. Claro que el 2020 ha sido un año bastante excepcional. Y la excepción es el enemigo mortal de la probabilidad.
Desde PlanB, dijeron que Bitcoin no bajaría de $8k y luego casi llega a los $3K. ¿Equivocación? Sus estimados eran probables, pero las probabilidades no incluyeron una pandemia. Un evento que ocurre cada siglo. Después de la crisis de marzo-abril, muchos de nosotros predijimos un segundo crash financiero. Eso era lo probable. Pero la Reserva Federal de los Estados Unidos realizó inyecciones de liquidez históricas. Tómese la palabra “históricas” como sinónimo de excepcionales. Lo mismo se podría decir de este noviembre-diciembre pasado. Las vacunas, las elecciones, la digitalización, el auge fintech, los nuevos estímulos. Todo llegando junto para crear la tormenta perfecta. Este boom era imposible de ver en octubre, por ejemplo. De hecho, su elemento sorpresa ha sido parte de su fuerza.
Para mí, las peores predicciones no son las que no aciertan un monto exacto en una fecha exacta durante un año extremadamente excepcional. Porque las probabilidades no son 100% efectivas, debido a la excepcionalidad de algunos eventos. Las peores predicciones, en mi opinión, son las que hacen desde las vísceras. En este caso, en el bando de los pesimistas, el trofeo debería ir a Peter Schiff con su predicción de Bitcoin a $0. Y, en el bando de los más patéticos, tendría que darle el trofeo a John McAfee con el circo de montó con su apuesta del millón de dólares.
La relación entre el spot market y el mercado de futuros siempre ha sido una bastante compleja. Es compleja para los mercados tradicionales, pero en el caso de Bitcoin esta complejidad crece. No hay un mercado Bitcoin. De hecho, hay muchos mercados, porque este es un mercado esencialmente fragmentado.
Ahora bien, con frecuencia se utiliza el mercado de futuros para explicar los movimientos inesperados en el spot market de Bitcoin. Siempre surge alguien haciendo análisis retrospectivos sobre cómo los vencimientos de los contratos de futuros afectaron el precio. En muchos casos, estas explicaciones pueden ser totalmente ciertas. Pero, en otros casos, esta influencia se puede estar exagerando por falta de explicaciones alternativas. ¿Por qué digo lo que digo? Bueno, porque el mercado se puede planificar. Después de todo, los datos de los futuros están ahí. Da tiempo para planificar. Entonces, ¿Por qué la sorpresa? Además, ¿Por qué casi nadie puede predecir el movimiento antes del evento? Los análisis suelen surgir después del evento. ¿Causa real? ¿O causa inventada?
¿Qué sigue ahora? La locura. Eso fue lo que pasó. El frenesí alcista. El dúo dinámico haciendo historia todos los días de la semana. Todo subió como la espuma. Y todos nuestros sueños se están haciendo realidad. La gran pregunta: ¿Hasta cuándo durará esto? ¿Cuándo vendrá la corrección? Y lo más importante: ¿Cuál será nuestro soporte? ¿35k, 30k, 27k, 20k, 15k?
El fanatismo suele ser el escudo del inseguro. Si alguien nos dice que la mantequilla de maní no es su comida favorita, lo toleramos. De hecho, no nos importa un pepino. Unos compran Toyota y otros compran Jeep. No hay problema. Algunos invierten en Amazon. Otros en Tesla. No hay problema. Pero si decimos que Herbalife engorda, que Amway no es buen negocio, que Trump es un loco de atar, o que los Testigos de Jehová están malinterpretando la Biblia. Aquí la cosa cambia. Claro que lo peor de todo es decirle a alguien que no te gusta Bitcoin. Esto vuelve locos a los bitcoiners más radicales.
Por alguna razón, se requiere la aprobación universal en el caso de Bitcoin. ¿Por qué? Warren Buffett no invierte en oro, por ejemplo. No le gusta. Tampoco le gusta invertir en compañías que no entiende. No le gusta Bitcoin. ¿Cuál es el problema? El rechazo de Warren desespera a muchos. Ha sido llamado idiota, antiguado y “poniendo en peligro su legado”. ¡Por favor, señores! No confundamos entusiasmo con fanatismo.
