Un programador alemán, residente en San Francisco, ya utilizó hasta ocho de los 10 intentos de contraseña que tiene para desbloquear el disco duro que contiene las claves privadas de su billetera Bitcoin, que contiene 7,002 Bitcoin (BTC). En el momento de la publicación, esos holdings valdrían $268 millones de dólares, es decir, si solo fueran accesibles.
Como se describe en un perfil del New York Times el 12 de enero, Stefan Thomas usaba un disco duro llamado IronKey, pero perdió el papel en el que escribió la contraseña del dispositivo “hace años”. Si Thomas no lo recuerda, 10 intentos fallidos darán como resultado que la unidad cifre su contenido para siempre. Hasta ahora, ha realizado ocho intentos sin suerte.
“Me acostaba en la cama y lo pensaba. Luego iba a la computadora con una nueva estrategia, y no funcionaba, y volvía a estar desesperado”.
Se cree que casi el 20% de todos los bitcoin existentes (18,5 millones de BTC) se han perdido para siempre, en las llamadas billeteras “varadas”, según datos de Chainalysis. Thomas no está solo en su autodeclarada desesperación: un empresario de Los Ángeles, Brad Yasar, le dijo al Times que a lo largo de los años “yo diría que he pasado cientos de horas” tratando de ingresar a billeteras inaccesibles.
Yasar ha guardado sus discos duros “en bolsas selladas al vacío” para que ya no “le recuerde todos los días que lo que tengo ahora es una fracción de lo que podría tener que perdí”.
Ninguna historia es infrecuente: Wallet Recovery Services, una empresa que se especializa en recuperar claves digitales perdidas, recibe 70 solicitudes diarias de clientes que buscan ayuda. Ese número es tres veces mayor que antes del mercado alcista.
Aparentemente, la experiencia de Thomas lo ha alejado del concepto de una tecnología que impone a los usuarios individuales la responsabilidad de tomar sus finanzas en sus propias manos, con toda la libertad y los riesgos que ello implica. Habiendo recibido originalmente los 7,0002 BTC como regalo a cambio de producir un video para educar a las personas sobre la moneda, ahora se muestra escéptico sobre dejar a los usuarios con ese grado de control:
“Toda esta idea de ser tu propio banco, déjame decirlo de esta manera: ¿haces tus propios zapatos? La razón por la que tenemos bancos es para no tener que lidiar con todas las cosas que hacen los bancos”.
Aparte de sus extraordinarias pérdidas, Thomas, no obstante, se aferró a suficiente Bitcoin a lo largo de los años para hacer una fortuna; según los informes, es tan rico que apenas sabe qué hacer con él, parafraseando el informe. Más tarde, también se unió a Ripple y adquirió XRP, aunque las recientes dificultades legales de la compañía ahora pueden ensombrecer las perspectivas futuras del proyecto.
El informe señala que existen riesgos similares cuando los usuarios confían sus claves a custodios de terceros, citando a Mt. Gox y otros delitos de la industria, pero incluye información de aquellos que creen que las compensaciones de la moneda digital, al final del día, valen la pena.
Un empresario de Barbados, a pesar de haber perdido 800 BTC en el pasado, afirmó que “el riesgo de ser mi propio banco viene con la recompensa de poder acceder libremente a mi dinero y ser un ciudadano del mundo”. Su opinión, desde un rincón del mundo donde la inclusión financiera sigue siendo una preocupación, proporciona una idea de por qué muchas personas pueden seguir pensando de la misma manera.
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